Recorta palabras de todos lados. Frases que oigas (a tu profesor, tu vecina, o el cani de la esquina), que veas escritas (en una revista, en Internet, o en un cartel). Recorta palabras cualesquiera. Mételas luego en un saco. Y ve sacando. Una a una. Haz un puzzle de palabras que aunque creas que no encajan, verso a verso, irás viendo como de todo se puede sacar un significado. Y mucho mejor que los versos (re)pensados. Quizás te sorprenda.
Yo lo hago a veces y después juego a crear frases con las tres palabras que haya metido en un mismo verso. Y me sorprendo.
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