O esencias naturales para tu difusor.
No compres esos horribles botes de intenso aroma. En su lugar pon un poquito de lavanda, jazmín o rosas encima. Es una idea muy simple y maja sacada del maravilloso libro del aprendiz de brujo. En sus páginas sugieren machacar en el mortero una mezcla compuesta por una cucharadita de canela molida, otra de café, una más de azúcar, algo de clavo y mirra, para después colocar este polvo mágico en la parte superior del difusor. Ya solo queda encender la vela.
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